miércoles, 13 de enero de 2010

Carretera

Estuve este fin de semana de paso por Albacete y entré en unos servicios de un parque. Había un trabajador de supermercado con el que me metí en una cabina, pero se corrió en dos minutos. Cuando salí había un obrero con un mono azul y un lápiz en la oreja. Una sola mirada bastó para que me siguiera a una cabina. Era muy morboso pero tenía una polla poco excitante, larga pero muy delgada. ¿Quizás el lápiz en la oreja era una señal?
Continué el viaje dirección Madrid y antes de llegar paré en un área de servicio en la que por fin llegué a correrme con un tío un poco rellenito con una furgoneta bastante sucia.