lunes, 12 de marzo de 2012

EL BEARWWW

El bearwww es realmente adictivo. a menudo me digo, solo contestar los correos y cuando me doy cuenta llevo un par de horas dándole a la flecha de siguiente (siguiente página de fotos). Y de nuevo “hola, que tal?” (ahorro algunas interrogaciones pero intento escribir frases completas, esto es mucho más de lo que hace la mayoría) “bien, viendo quien hay” que zona estas, que te gusta... todo el mundo parece muy interesado pero cuando llega el momento de dar el paso final encuentran una excusa insolucionable.
Las fotos son muy curiosas pero sobre todo los textos. La palabra que mas se repite es masculinidad (y sinónimos o similares: machote, tio, macho, hombreton...) , seguida muy de cerca por “normalidad” Todo el mundo se considera masculino y normal y buscan alguien masculino y normal. Toda la vida pidiendo que nos acepten como somos y ahora solo queremos ser todos iguales... asi es la vida.

Luego estan los arrogantes: abstenerse gente sin foto, abstenerse malos rollos, solo para gente intersante. Me pregunto que entenderán por gente interesante. Se considerarán a sí mismos interesantes? supongo que si, igual que se consideran normales y sin pluma. Me pregunto si habrá alguien que se considere un “mal rollo” y si es así ¿se abstendrá de contatactar si lee lo de abstenerse malos rollos? ¿o por el contrario buscará ese tipo de perfiles porque sabe que puede crear un rollo peor todavia?

En general evita el rollo homófobo gay. Me explico, que los heteros sean homófobos es dificil de solucionar pero que lo seamos los gays no tiene perdón. Me refiero a todos los que se dedican a exaltar la heterosexualidad poniendose nicks que empiezan con "hetero" o que se creen mejor que otros por no tener pluma, o que se indignan porque alguien solo busque sexo, o que se creen mejores por ser activos en lugar de pasivos, o que se creen mejores porque no van a bares de ambiente. Los heteros tienen muchas cosas buenas. No copiemos las malas.

Luego estan los contradictorios. Los de “solo busco amistad” y todas las fotos que ponen están desnudos. O incluso parejas que se declaran totalmente monógamas pero se muestran en sus fotos desnudos.

EL TEXTO
describeme tu
esperandote
amigo de mis amigos
soy una personal normal
cabeza bien amueblada
amigo de mis amigos, esperándote, con los pies en el suelo
Muy masculino
No busco sexo y fotos del ojo del culo, de tu polla o enseñando carne en general
soy interesante, busco gente interesante
soy normal, busco gente normal
abstenerse malos rollos, solo gente legal




LAS FOTOS
fotos con gatos
fotos de tu ojo del culo
fotos cruzar los brazos y poner las manos debajo de los biceps para parecer mas cachas, no cuela.
fotos en las que solo se ve un trozo de camisa
fotos en las que se ve un bonito paisaje y tu diminuto al fondo. La web para fotoartistas es otra
No hace falta que pongas el sitio donde está tomada la foto. Ya sabemos que eres una marica viajera pero lo que la gente busca es sexo, les da igual donde hayas estado.


LAS EXCUSAS
no estoy en mi pc
es que estoy en un ciber

TRADUCCIÓN
traducción: Cariñoso y sensible: pasivo
Activo: versatil
Versatil: Pasivo
Pasivo: Locaza
No dice nada: pasivo
Me gusta todo: pasivo
Cariñoso: pasivo
Te gusta el popers "me gusta el popers"
Peso y edad: calcula siempre un 10 % más. A partir de los 45 calcula un 20% más


NICKS
Mis niks favoritos:
tangaentobillo
espio_mis_padres
mamadorRapido
hola_papa
maresdelefa

FIN DE SEMANA COMPLETO

VIERNES

Cuando entré en el club se me bajó la líbido. De repente ya no podía continuar mi fantasía y la realidad me golpeaba con contundencia. Entré hasta el fondo del cuarto oscuro. Almas sin alma vagaban al ritmo de mecherazos ocasionales. En estos momentos me distancio. Me pongo a analizar la situación y eso me hace sentir que no soy parte de ellos. que solo soy un espectador. No soy un zombie, soy un analista. Intento creerlo.

Al fondo descubro un hombre enorme, de unos cincuenta años y casi dos metros de alto. Rapado y con cara de mafioso por lo puedo entrever. nos juntamos y le toco la polla, se la saca. nos magreamos. me coge del cuello y me hace sentarme. Decido dejarme llevar. Huele a limpio y su manaza abarca toda mi cabeza. Me dirige pero no es arrogante. Se la chupo mientras veo coomo él mira a los demás buscando alguien más que se una. Solo soy un objeto en sus manos para conseguir un numerito más grande. Aún asi me dejo llevar y es agradable. Me excita muchísmimo el no resistirme.
Pienso que no puede haber nadie que no le guste esto. Una noche en la que te emborrachas un poco y te dejas llevar. La mayoria simplemente tiene miedo y no llega a experimentar a donde le pueden llevar tus deseos. Tampoco pasa nada del otro mundo pero se rompe la rutina. siento algo especial. siento que rompo todas las normas me dejo llevar solo por el instinto. ¿puede haber alguien que no se sienta a gusto en esta situación? entiendo el peligro: quedarse enganchado en esto. sería fácil. aunque se que no para mi. si lo repitiese perdería la gracia, así que me dejo llevar. Pido otra cerveza.

Me dejo ver junto al bear estrella. Algunos hombres se han convertido en verdaderas divas desde que comenzó el movimiento bear , muchos de ellos por autocoronación pero este lo era por derecho propio. Poseía un físico realmente privilegiado. Unos veinte centímetros más alto que la media y también unos 20 cm más ancho. Iba sin camiseta y su gruesa capa de pelo le añadía dos centímetros más a cada lado. Era el típico forzudo del circo. Con una gruesa cadena de plata al cuello, cabeza afeitada y barba cerrada. Ademas era guapo. Le miro y me pregunto como debe de sentirse uno al tener un físico tan contundente. Cómo habrá sido su infancia y su juventud siendo el fuerte de la clase. Que todo el mundo diga que no puede creerse que eres homosexual. Quizás para él no sea tan fantástico. Pienso que podría dirigirme a el y exponer ese interesante tema de conversación. Me puse todavía mas cerca para que me viera. No me hizo ni caso.

Dejo pasar una hora y vuelvo al cuarto oscuro siguiendo a un señor de cincuentaytantos con bronceado de rayos uva y expresión de director de gran empresa. Para mi sorpresa al pasar cerca de él me echa mano al paquete. Tras magrearnos un poco nos fuimos a una cabina donde me folló contra la pared. Me tomo otra cerveza y dejo pasar otra hora. Vuelvo al cuarto oscuro. Encuentro un tio muy musculado que con solo mirarle se arrodilla ante mi y me la chupa. Lo hace bien y está bueno asi que le dejo seguir. Al rato veo que muy cerca de mi esta el oso estrella y se está enrollando con un tio casi igual que yo. Joder, pienso, soy imbécil, tenía que haberlo intentado. Se me quitaron las ganas de que me la siguiera chupando el cachas, pero en lugar de irme me acerqué al osazo. Era enorme y olía a sudor limpio. empecé a sobarle y no me hizo ascos. Al poco su pareja le dio la vuelta y empezó a follarlo, como yo estaba fusto enfrente me toco sostenerle para recibir las embestidas. Estabamos todos muy calientes, me saqué la polla y le agaché la cabezota rapada. Se la tragó entera. Es increiblemente excitante cuando los labios alcanzan la base del pene. No tardé en correrme pero les acompañé hasta que ellos terminaron también. Bueno hasta que termino el otro, porque el oso no se corrió, ni siquiera se masturbó aunque estaba visiblemente excitado. Me fui a fumar un cigarro y al rato vi al oso que salía. Me acerqué pensando que podría charlar un poco con el, de donde eres, lo he pasado bien... lo tipico. Pero el gigante adivinó mis intenciones y se marcho. hablar no era lo suyo, al menos esa noche.
Me quede fumando. Un ejecutivo con traje se paseaba con una copa en la mano, un cigarro en la otra y su enorme miembro fuera del pantalón. Decidi entrar al fondo del cuarto oscuro una vez más. Un tio yacía a cuatro patas en el suelo, completamente desnudo excepto por las botas, mientras otro se había subido a su espalda a caballito y le azotaba el culo. Mucha gente pagaría por ver algo así, sin embargo nadie parecía estar interesado, no se formo ningún corro. La gente miraba y seguía su ronda como vigilantes concentrados en su trabajo tranquilos porque todo fluye con normalidad. Estuve a punto de correrme nuevametne pero en el ultimo momento decidi reservarme por si surgia algo mejor. Estaba bastante borracho y decidi que era una hora prudente para marcharse. Al salir del cuarto oscuro me crucé con un hombre joven que entraba vestido únicamente con unas deportivas y un tanga rojo de encaje. En la frente llevaba escrito “MIERDA”


SABADO
Hoy me he levantado relativamente temprano. He desayunado y me he puesto a mirar los correos. No he podido resistir la tentación del mirar el bearwww. Varias horas después seguía sentado en el ordenador consciente de que la mañana estaba perdida. Nisiquiera había sacado algún ligue de provecho. Nada. La gente habla y habla pero concretar es realmente difícil. Después de sacar al perro, comprar algo en el supermercado y comer he vuelto a sentarme ante el ordenador a echar unas tres horas más. Desesperado finalmente me he conseguido levantar y salir a dar otra vuelta con el perro. Me ha sentado bien, pero cuando he vuelto no he podido evitar echar un último vistazo. De repente había uno nuevo que me gustaba
- Hola
- Hola
- Zona
- (me contesta y estaba en un hotel a cinco minutos de mi casa)
- Estupendo, estoy cerca. Te gustaría que nos veamos?
- Claro, vente ahora si quieres.
- Está bien, voy para allá. Espérame en recepcón
- ok, hasta ahora.

Diez minutos más tardes retozábamos desnudos en una cama gigante en un hotel de lujo. De unos 40 años, bajito y fortachón. Culto y con sentido del humor. Como a mi le encantaba el juego de pezones así que hemos disfrutado como hacía tiempo. Hemos jugado un rato a ver quien follaba a quien y al final él me ha follado a mi. Tenía una polla perfecta, no muy grande. Me ha hecho correrme sólo tocándome los pezones mientras me follaba. Sin masturbarme ni tocarme. Estos son los polvos que me hacen adicto al sexo y suelen ocurrir siempre de esta forma. Puedes pasar dias chateando con los mismo y no hay forma de llegar a nada y de repente en un par de minutos consigues el polvazo de tu vida.

Ante de acostarme llamé a un contacto que había hecho por internet para confirmar que iría al dia siguiente. Era un cubano con un cuerpo atlético y sonrisa luminosa viviendo en la periferia.



DOMINGO
Cuando he despertado esta mañana no me apetecía ir. Me pregunto quién me manda irme un soleado domingo hasta la otra punta de la ciudad. El deseo es la respuesta.
Me he tragado mis ganas de llamar y contar una excusa y me he echado a la calle. Una vez dentro del metro he empezado a verlo desde otro punto de vista. En realidad me encanta esto. En lugar de ir a limpiar el coche, cruzar la ciudad para tener un contacto íntimo con un desconocido. Me pregunto cómo será su casa, su carácter, en que trabajará, que le gustará en la cama, si habrá química o no... me excita el potencial del contacto.

Al salir de la estación de metro me he topado con un grupo de adolescentes de aspecto latino con cara de enfado y un coche vomitando reggetón a un volumen atronador. A nadie parecía importarle. Me pregunto que les pasara en su vida para que necesiten estar enfadados o al menos parecerlo en un luminoso domingo como este. Un viejecito me ha indicado donde estaba la calle que buscaba. Llamo al timbre. Durante unos segundos no pasa nada. Todas las opciones potenciales son todavía posibles hasta que se abre la puerta. De repente allí está. Un hombre de unos cuarenta años (diez más de los que aparenta en las fotos) y de aproximadamente un metro sesenta de alto (unos veinte centímetros menos de lo que aparenta en las fotos) a pesar de lo cual resultaba muy atractivo. He desarrollado un instinto que me dice desde el primer segundo si va o no a funcionar. No he tenido ninguna duda de que sería un polvo excelente, a pesar de lo cual he seguido mi protocolo particular cuando visito un extraño:
- Puedo ir al aseo?

El aseo es la muestra de personalidad de las personas más fiel que existe. Uno suele mimar más sitios como el salón, el dormitorio o incluso la cocina pero el aseo suele llevarse la peor parte. Hay muchos datos en un aseo sobre su dueño. La limpieza y el orden es lo más evidente. A continuación las colonias, si son caras o baratas, si no las hay o si hay muchas, si hay cremas o no, si las toallas están nuevas o viejas, si está bien iluminado, el tamaño de los espejos... en este caso la única nota discordante eran los azulejos que de tan antiguos y estridentes resultaban modernos, por lo demás todo estaba limpísimo y ordenado. Además era tímido y simpático. Nos hemos ido a la cama tras unos breves pero apasionados y carnosos besos. Tiene un cuerpo bien formado de forma natural. Es de esos hombres que tienen una envidiable genética que les provee de un cuerpo musculoso sin necesidad de acudir a un gimansio. Los odio. Su polla hacía honor al esteriotipo cubano. Un trozo de carne con presencia propia. Estaba totalmente entregado. A mi me encantan los latinos pero yo les encanto a ellos todavía más así que cuando nos juntamos se producen explosiones como la de esta mañana. Tras el polvo hemos charlado un poco exhaustos y felices. Química perfecta como en pocas ocasiones. Mientras hablábamos he constatado unas minúsculas verrugas en su cuello y ha planeado sobre mí como pájaro de mal agüero la sombra de las enfermedades contagiosas. Por mucho condón que utilice nunca está uno completamente a salvo. Acepto el riesgo. No me queda más remedio.

He vuelto a casa absolutamente transformado. El sol parecía más brillante en la fría mañana de invierno. Los adolescentes enfadados me caían bien, me resultaban simpáticos. En el metro todo parecía más intenso y real. De repente era consciente del olor a fresa del chicle del pasajero de la izquierda. El olor a pintura del obrero a mi izquierda. El olor a cuero del bolso de la señora de pie ante mi. El enfado de la chica de enfrente mirando al suelo. El deseo del chico a su izquierda mirando de reojo a la chica enfadada que miraba el suelo...

He llegado a casa hambriento y tras comer me he conectado al chat. No podía rematar el fin de semana desperdiciando ese pedazo de energía así que quería extender un poco lo que me había pasado por la mañana. Tras quince minutos chateando lo he visto claro, no iba a salir nada así que la solución era la sauna. Hay una muy concurrida cerca de casa. Diez minutos despues estaba desnuco y con una toallita por unica vestidura. No estaba muy concurrida pero no me ha importando, solo quería correrme un par de veces más y podría dar el fin de semana por concluído y volver por fin a hacer las cosas pendientes.

Me he liado con un chico joven y sin nada de vello. al principio ha resultado excitante. Tenía un punto sumiso que me excitaba pero luego ha cambiado y la relación se ha vuelto más equilibrada, lo que me ha hecho perder la erección. Para colmo se ha puesto a hablar, como para crear morbo, pero le salía totalmente falso. Ha dejado de gustarme. Me he dado cuenta que me cuesta mucho estar con alguien “normal” Necesito un toque “exótico” para que alguien me excite. Que se extrangero, o gordo, o mayor, o un bruto, o muy joven, o muy mayor, o muy dominante o muy sumiso. En definitva cualquier cosa que lo aleje de mi. relaciones verticales.
- Perdona, le he dicho justo después de que me preguntara ¿Para quien va a ser esta polla? con tono pícaro mientras me la cogía, odio tener que decir esto pero no estoy concentrado. Vamos a tener que dejarlo.

Se ha quedado bastante cortado. Para mi ha sido un poco violento también.

Tras esto he localizado a un joven árabe grandullon y sin vello. He conseguido penetrarlo a duras penas. El primer intento parecía haberse llevado consigo mi líbido. El árabe se ha corrido pero yo no. He empezado a detestar aquello. Quería irme, pero habiendo pagado la entrada me sentía con la obligación de por lo menos correrme una vez. Nada me gustaba ni yo le gustaba a nadie. Al final me he metido en un cuarto oscuro donde me he restregado hasta calentarme. Al final me he corrido mientras le metía mi polla entre las piernas a alguien de quien no había visto nada. Solo sabía que era bajito y estaba muy suave, así que he seguido hasta correrme. he esperado a que saliera para ver quien era. Ha resultado un señor de casi 70 años.

miércoles, 7 de marzo de 2012

SAUNA EN TOKIO

Me metí en la sauna harto de dar vueltas por los bares. Como corresponde a una madrugada del viernes al sábado estaba abarrotada de hombres sedientos de un poco de cariño aunque muchos tuvieran que conformarse con una buena sauna o un sitio donde dormir.
Decidí tomármelo con tranquilidad. Me di una sauna húmeda durante más de veinte minutos mientras me bajaba la borrachera. Aproveché para ir afeitándome con una maquinilla que acababa de comprar. Ya que estaba seguí y me afieité también la cabeza y seguí con todo el cuerpo. Había algo purificador en esa limpieza corporal. Cuando salí me sentí limpio. Lógicamente estaba limpio, pero me sentía más intensamente limpio de lo que nunca me había sentido.
Con los vapores del alcohol desvaneciéndose despacio en mi cabeza me encaminé a la zona caliente. Decenas de cuerpos se arremolinaban en la oscuridad tocando, follando, masajeando o simplemente roncando. La escena era dantesca. Como una visión agradable del infierno. A pesar de lo salvaje que pudiera parecer una habitación llena de cuerpos desnudos teniendo sexo o mirando, la energía presente era sorprendentemente calmada. Como un fuego que arde tranquilo bajo control. La escena era sensual sin llegar a desbocada.
En el pasillo me crucé varias veces con un chico joven con gafas, detalle muy llamativo en una sauna. Me lo imaginé como un fanático de las computadoras. Ligeramente gordito pero se le notaba prieto, sobre todo en el rostro. Tenía unas de esas mejillas tan duras que son difíciles de pellizcar. Tenía un cierto gesto de enfado. No se si sería “Qué coño hago yo en un sitio como este” o “Ya verás como no ligo, ya verás como nadie quiere estar conmigo” o quizás “donde se habrá metido mi amigo, otra vez me han dejado colgado”. Yo le miraba pero no parecía hacerme caso. Al final me metí a la habitación comunal y esperé un rato. Entró y me tiré encima. Para mi sorpresa se estremeció bajo mi abrazo. Estaba muy excitado, y yo también. No tenía un pelo en el cuerpo, casi ni siquiera en los genitales y desde luego uno de esos culos suaves como un bebé. Una locura. Follamos como locos en la cama común. A nuestra derecha un tío roncaba como un tractor y a nuestra izquierda una pareja hablaba cariñosamente y se besaban. Cuando terminamos miró su teléfono móvil que llevaba entre las toallas y que había vibrado varias veces mientras follábamos. Dijo que tenía que marcharse. Le dejé mi mail pero nunca más he sabido de él.
Una vez duchado me busqué un sitio tranquilo donde dormir. Encontré una habitación con un colchón en el que cabían cuatro y sólo había tres. Un tesoro en una noche como esta. Me tumbé y me quedé adormilado. Me fui aprentando al tío que tenía al lado. Al final le eché la mano por encima. Aunque estaba dormido creo que se dio cuenta pero en lugar de apartarse se acercó más. Nos quedamos dormidos, abrazados. Era muy excitante estar abrazado a un desconocido. Sin buscar otra cosa más que calor humano para dormir. Había algo sincero en ese abrazo. Dos desconocidos abrazados para darse calor mutuamente en mitad dela noche. Una hora después el desconocido se marchó. No llegamos a vernos las caras.
Seguí dormitando un poco hasta que sentí que alguien me metía mano. Muy sensualmente. Me dejé sin abrir los ojos. Me masajeaba despacio por todo el cuerpo. Abrí los ojos y ví que era un joven de veintipocos años. Delgado y atractivo. Muy guapo. Un cuerpo fibroso pero no musculoso. Le dejé seguir. Era todo entrega. Al final echamos un polvo absolutamente maravilloso
Bajé a ducharme y descubro durmiendo al hombretón de mis sueños durmiendo en una habitación con colchonetas en el suelo. Estaba cubierto con una bata que le quedaba pequeña, a pesar de lo cual tenía el porte de un alto ejecutivo acostumbrado a mandar. Pelo canoso con un corte impecable, cara ancha, nariz recta y una boca amplia. La piel tersa, ligeramente bronceado. En su muñeca izquierda lucía un llamativo reloj que debía ser enorme aunque quedaba pequeño en comparación con sus brazos de carnicero. Pero lo más llamativo de todo eran sus piernas. Fuertes y bien torneadas, con algo de vello terminaban en unos pies enormes a pesar de lo cual tenían un aspecto sano y cuidado. Las uñas perfectas, ninguna aspereza, piel suave. Esperé un poco por si despertaba pero al rato reparé que llevaba puestos tapones en las orejas lo que me dio a pensar que tenía intención de dormir bastante rato. En Tokio es habitual que los ejecutivos se queden en la sauna pues es más barato que un hotel y de paso existe la posibilidad de sexo. Imagino que llegaría de madrugada, borracho y dormía como un tronco.
Yo no podía dejar de mirarle me fascinaba su cara y sus manazas, pero sobre todo sus piernas y sus pies. Aunque hubiera despertado estoy segurísimo que le gustaban los jovenzuelos. Un extarnjero peludo de cuarenta y tantos años no era un bocado exquisito en aquella sauna llena de jóvenes asiáticos bellísimos. Pero nada me impedía mirarle ya que parecía dormir profundamente. De pronto un pensamiento me asaltó como un ladrón en mitad de la noche. Pensé que seguramente no se enteraría si le tocaba. La idea me desbocó el corazón. Era como abusar de alguien. Sabía que no estaba bien, pero esas piernas al aire eran irresitibles. Había más gente en la habitación y me daba vergüenza pero aún así llegó un momento que mi mano cobró vida y voló hasta aquel enorme muslo. Dejé allí la mano sin moverla. Le miré a la cara asustado, con el corazón en la garganta y respirando a duras penas. Como el gañán se despertara y decidiera darme una hostia no habría nadie que pudiera salvarme. No pasó nada. Me fui calmando y fui notando su calor en mi mano. Cuando estuve más tranquilo, más confiado bajé la mano hasta el pié. Nunca he sido un fetichista de los pies pero aquellos eran sobrehumanos. Enormes pero proporcionados con el resto del cuerpo. Ejercí una lijera presión sobre la planta del pie. Después por la parte de arriba. Estaba caliente y su calor entraba por mi mano, recorría todo mi cuerpo y se licuaba en la punta de mi polla que empezaba a notar, no solamente en férrea erección sino humedecida. Qué situación tan sencilla y tan excitante al mismo tiempo. Miré alrededor, había gente despierta, sentada o hablando con otros pero nadie me prestaba atención. Decidí ir un paso más allá. Tenía que tocarle la polla. Solo de pensarlo mi corazón en la caja torácica saltaba y aullaba como un orangután enloquecido en una jaula. Cuando era pequeño soñaba con un momento así todos los días, fantaseaba con los amigos de mi padre, con el cura y con el médico. Imaginaba que estaban durmiendo y yo me metía en la habitación y ocurría algo como lo que estaba pasando ahora. Yo solía tener este diálogo conmigo mismo:
- Vamos, tienes que hacerlo
- No. No puedo. Solo soy un niño y esto está mal. Me matarán si me descubren.
- Pero tienes que hacerlo. Es lo más excitante que puede pasar nunca. Esto va mucho más allá de la frivolidad del sexo. Esto es lo más fuerte que nunca vas a vivir.
- No. Mejor esperar a ser un adulto, entonces podré hacerlo sin peligro
- Pero no será lo mismo, ya no serás un niño, en ese caso ya no tendrá ninguna gracia. Si dejas que se pase esta oportunidad ya nunca podrás hacerlo como niño. Podrás hacerlo como adulto pero eso no tiene ningún interés. – y este razonamiento se quedaba flotando en mi cabeza haciendo crecer un enfado que todavía me dura. Porque el niño tenía razón. Ahora ya no es lo mismo.
Pero en este momento volvía a ser lo mismo. No sabría decir como pero yo volvía a tener diez años y estaba junto a la cama de un amigo de mi padre. Quizás directamente la cama de mi padre, o del padre que me hubiera gustado tener… esto es demasiado complicado. No sabría explicarlo pero sentí que no era “como si” tuviera diez años. En ese momento, en la sauna, ante aquel gigantón, yo tenía diez años y ahora sí. No iba a dejar pasar la oportunidad de hacer lo que tenía que hacer.
Le miré a la cara. Incluso durmiendo tenía una expresión severa en el rostro. Mantuve un rato la mano nuevamente a la altura del muslo, terso, duro, caliente. Levanté con la mano derecha un poco la bata, y sin dejar de mirarle a la cara llevé la mano a su entrepierna. Mi pecho albergaba una manada de bisontes en estampida salvaje. Me estaba mareando. Posé mi mano en su polla y atónito comprobé que estaba empalmado como un burro. La dejé allí sin moverla, abrazando aquel cilindro de carne ardiendo en la palma de mi mano. Quemaba.
¿Estaría durmiendo o despierto? Aparentaba dormir tanto por la respiración como por el gesto pero a esas alturas costaba creer que no se hubiera dado cuenta de que alguien le agarraba la polla. Tampoco me importaba. Yo estaba tan excitado que tenía que intentar no rozarme con nada por no correrme. Ya no podía hacer otra cosa que seguir. Le acaricié suavemente el pollón arriba y abajo. Ya no había marcha atrás. Le aparté la bata de la entrepierna. El falo tenia un tamaño proporcionado con el cuerpo. Era una polla dura y tierna al mismo tiempo. Recta. Lozana, hermosa, saludable. Pero sobre todo me llamaba la atención por el calor tan intenso que desprendía haciéndome hervir la sangre. Era una polla tan bonita que la imagen de llevármela a la boca me asaltó como una bofetada. Era inevitable y ya no me daba miedo. Aunque no parecía tener sentido, de alguna forma intuía que era más tolerable que me pillara mientras se la chupaba a que lo hiciera mientras le tocaba el muslo. Di comienzo a una mamada suave y delicada, saboreando cada segundo de aquel momento mágico. Casi no tenía vello y olía a limpio. A pesar de la dureza que aparentaba, su piel era suave como la seda. A esas alturas entendí que no podía seguir durmiendo. Que habría despertado pero habría decidido seguir la fantasía. La fantasía de ser “abusado” mientras duermes. Para hacerlo mejor me puse ante él de rodillas. Continué disfrutando aquella mamada lo que calcule sería una media hora. En un momento dado cambié de postura y dejé su piernaza entre las mías, de forma que me escroto descansaba sobre su muslo. Entonces ocurrió el único gesto de colaboración por su parte. Encogió la pierna hasta dejar su pie a la altura de mi escroto. Mi polla se posó sobre el empeine de su pié. Aquel contacto fue como si un mar embravecido hubiera entrado por la base de mi sexo haciéndome correrme de forma espontánea. No se si fue una pena o no. Fue lo que fue. Me sentí agradecido por aquel gesto que fue como confirmarme que efectivamente estaba jugando la fantasía. Fue como como un guiño que decía: sí, he estado haciendo como que duermo pero estoy despierto y eres bienvenido. Te acepto. Te quiero.
Podría haber seguido porque él no sabía que yo me había corrido. Pero decidí dejarlo ahí. Me fui retirando. Volví a taparle con todo el cariño del mundo. Se dio media vuelta y siguió durmiendo. Yo volví a tener cuarenta y tres años.

Me fui a la ducha un poco trastornado. Sorprendido con lo que había pasado. ¿Cómo era posible que una experiencia tan sencilla me hubiera afectado tanto? He pasado por fantasías sexuales muchísimo más extremas pero no recuerdo nunca haber llegado a esta intensidad de inmersión. ¿Qué hay dentro de mí que se ha despertado esta noche? Ese niño de diez años pidiendo a gritos que un adulto se fije en él sigue vivo. Es como si todas las personas que hemos sido cada uno de nuestros días de nuestra vida siguieran ahí. Como si el tiempo no pasara si no que acumulara personalidades dentro de mi. Como si en mi mente hubiera un nuevo Carlos cada día que pasa. Y están todos ahí, ahora, conviviendo. ¿Es esto estar loco? Esto va mucho más allá de una personalidad múltiple desde luego. Pero al tiempo que hermoso saber que los niños que he sido, los adolescentes que he sido, los jóvenes que he sido, siguen todos ahí aunque yo no sepa cómo recuperarlos. Pero se que a al menos a través del sexo hay una puerta que me conecta con ellos como esta noche ocurrió. Seguramente haya otras formas de conectar. Quizás con hipnosis, o mediante sofisticadas técnicas sicológicas. O quizás a través de un médium. Yo he encontrado la mía: el sexo. No es que me sienta especialmente orgulloso pero al menos he descubierto que hay algo en la búsqueda del sexo que va mas allá del follar por follar. Que va mucho más allá del placer físico y del puro hedonismo. He descubierto que hay una razón para todo esto. No tengo claro a dónde me lleva pero intuyo que mis personalidades más doloridas, las que peor lo pasaron y que peor lo siguen pasando, tienen ahí una vía de contacto conmigo. Y es a través del sexo que yo me comunico con esas partes de mi. Todo esto puede sonar a paja mental. A justificación intelectual del hedonismo. ¿Es pretencioso decir que para mi el sexo es una forma de autoconocimiento? Pero yo se que hay algo de verdadero. Hoy ha pasado algo más grande que un simple orgasmo y eso no puedo negarlo. Aunque suene exagerado siento que el Carlos de diez años a descansado hoy por fin, después de treinta y tres años esperando. Siento que algo se ha curado. Es sólo uno de mis cientos, de mis miles de Carlos que llevo dentro. Pero es algo. Noto el alivio. El descanso. Empiezo a entender porqué me atrae más el morbo de la situación que las propias relaciones sexuales. Empiezo a entender que este comportamiento mío, a menudo claramente adictivo y por el que tanto me he autocastigado, quizás tenga su sentido después de todo. Saber cuál es ese sentido es otra historia. Es algo que de momento no se como hacer. ¿Cómo forzar lo que ocurrió aquella noche? Se que si pacto esa fantasía, o cualquier otra, con alguien nunca funcionaría. Nunca me conectaría como lo hice esa noche. Supongo que lo único que puedo hacer es estar atento por si algo similar se presenta. Atento a esas situaciones que me ponen el corazón batiendo en la garganta porque quieren decirme algo. No ocurren porque sí.


Ya dispuesto a marcharme me senté un rato en la cama comunal a ver cómo la gente que quedaba todavía se restregaban unos contra otros. Una vez más un chico joven se me acercó (¿porqué atraigo a los veinteañeros últimamente?) Yo no tenía muchas ganas pero me dejé hacer. Me acarició con suavidad hasta que me empalmé. Le dejé seguir. Finalmente se sentó sobre mi polla moviéndose adelante y atrás (sin penetración) mientras me acariciaba los pezones. Me corrí por cuarta vez y salí corriendo antes de caer en la tentación de un nuevo polvo o de perder el sentido por puro agotamiento. Eran las nueve de la mañana.

UN DIA COMPLETO

Esta mañana temprano acudí a mi cita semanal con mi terapeuta. Tiene la teoría de que ahora me gustan más jóvenes porque estoy buscando a mi padre... en mi interior. Me ha gustado la idea, me ha despertado ternura el recordar a mi padre y pensar que he dejado de buscarle fuera para buscar dentro de mi. Me he emocionado.
Después me he ido al gimnasio. El ejercicio físico siempre tiene un efecto vigorizante en mi estado de ánimo además de una poderosa llamada al sexo. Una vez termino me miro en el espejo y me veo más hinchado de lo normal. Se que no es real. Simplemente cuando terminas de hacer deporte los musculos están llenos de sangre y parecen mayores. Es como una erección muscular.
De ahí he ido al trabajo donde me he aburrido tanto que antes de terminar he mandado un mensaje a un contacto que hice a través de una página web: "en media hora estaré en la sauna"
Nunca había estado en esta sauna pero Jesus tiene pareja y me ha dicho que es la única a la que va porque tiene pareja y es muy discreta. Tenía razón. Una calle secundaria en la periferia daba paso a una puerta sin carteles por la que accedes a una sauna pequeña, limpia y tranquila llena de hombres entre 40 a 50 años con aire respetable.
Jesus todavía no había llegado. He encontrado a un latino de unos 40 años con un cuerpo formidable. Hemos entrado en una cabina y antes que nada se ha quitado la toalla y se ha tumbado boca abajo. Entonces me he acordado, ya había estado antes con él. En su casa. Con la misma actitud. También aquella vez se desnudó y se tumbó boca abajo y no hizo absolutamente nada más. Aún así aquel culo era tan espectacularmente perfecto que me lo he follado una media hora aunque no he desperdiciado un orgasmo con semejante muñeco hinchable.
Jesus seguía sin llegar. Un padre de unos 60 años, atractivo y bien conservado hablaba con un chico árabe de unos 40 con aire circunspecto. Parecían viejos conocidos. No he podido escuchar su conversación pero el áreabe parecía estar recriminándole por algo.
Por fin ha llegado Jesus. Contra todo pronóstico era más joven (veintipocos), más alto y más guapo que en la foto. Enorme. Hemos encontrado una habitación amplia, tranquila... y con luz. Algo cada vez más difícil en las saunas y los bares. No entiendo porqué. Para mí la imagen es uno de los componentes más excitantes de la relación. Si lo suprimes o lo atenúas pierdes gran parte de la excitación que se supone que estos sitios persiguen. Este hombre era tan grande como desnihibido. No hay nada que me guste más que cuando un tío no desconecta el contacto visual. Incluso mientras me la chupaba me seguía mirando a los ojos... como me pone eso de caliente. Más que ninguna otra práctica salvaje. Hemos conectado desde el principio hasta el final y nos hemos mirado a los ojos durante más de una hora. A continuación hemos hablado otra hora más sobre la crisis en la gestión de eventos culturales. Al salir a la calle he agradecido el fresco del invierno en contraste con el calor acumulado en mi rostro. Me siento relajado y lleno de energía. Mietras escribo esto son las cuatro de la mañana. El día ha sido tan intenso que ahora no he podido dormir. Me he vuelto a poner caliente al escribir todo esto. He estado chateando pero no encuentro a nadie. Me voy a masturbar.