martes, 15 de diciembre de 2009

Discoteca

Hoy había show de travestis en la discoteca. Un coñazo. Aparte de lo insoportable del espectáculo, la mitad de la gente se queda hipnotizada por los chistes malos y no hay forma de ligar hasta que no acaba.
Estuve en el cuarto oscuro bastante rato pero no acababa de pasar nada. No me decidía. Estuve a punto de enrollarme con uno que siempre (al menos todas las veces que yo le he visto en más de siete años) va vestido igual: pantalón y chaqueta vaquera, zapatillas y camiseta blancas. Una vez estuve con él, en un sitio de cruising. Llevaba una furgoneta roja que le daba aspecto de electricista o fontanero bien cuidado. Pero tenía una conducta un poco rara. A los 30 segundos de contactar ya se había desnudado completamente y me decía de una manera absolutamente agobiante: fóllame, venga, vamos tio, fóllame, fóllame... Y me marché. Aunque el tio me gustaba he preferido no repetir.

Finalmente elegí a un osito guapo de 28 años, informático, simpático de amplia sonrisa. Le gusta que le den caña y lo pasamos bien, especialmente porque me había tomado media viagra, no se porqué ni para qué ya que el tío me gustaba de sobra.

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