martes, 15 de diciembre de 2009

Discoteca

Me tomé 6 "últimas cervezas" a lo largo de la noche.
He pegado un polvo estupendo en el cuarto oscuro con Antonio, 28 años, de un pueblo cercano, un pelin gordito pero suave, todo afeitado incluso por abajo, pasivo sin experiencia pero con posibilidades, al final le follé, creo que porque todavía me duraba la viagra del día anterior, me dio su teléfono, tengo que llamarle. Al salir del cuarto oscuro salió pitando para que no nos vieran juntos o para que no lo vieran en el cuarto oscuro o siquiera en la discoteca. Huyó.

Vuelvo a la pista a por mi cuarta última cerveza y hay dos que me gustan, un calvo con pinta de forzudo de circo de unos 30 y un pijo guapete de unos 40. Al final supero mi adicción y hablo con el pijo porque pienso que será por lo menos una oportunidad de un poco de conversación. Se llama Emilio y es peluquero. Me gusta pero tiene un discurso derrotista que me echa para atrás. Intercambiamos teléfonos y se marcha, tiene que trabajar al día siguiente (como yo)
Entonces queda vía libre al forzudo. Nos metemos en una cabina pero la cosa no funciona, esta todo lleno de pelo y lleva un rollo rígido que no me pone nisiquiera con los restos del sidenafil del día anterior.
Me voy a casa solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario