martes, 15 de diciembre de 2009

Parque

Ayer volví al parque en mi camino de vuelta a casa. El parque de noche es como una especie de universo paralelo, un microcosmos que representa al mundo exterior. Hoy me dí cuenta que hay varios submundos etnográficos en los que no había reparado hasta ahora. Primero estuve en un largo pasillo formado por setos donde había principalmente árabes. Los árabes suelen ser bastante atractivos por esa cosa de masculinidad pasada de vueltas que tan bien les sienta a los hombres pero que luego les hace aburridos y peligrosos.

Me fijé en un tipo de unos 40 años, un poco gordito. Estaba solo pero alrededor había más gente merodeando. Nadie me hacía caso ni nadie le hacía caso así que me acerqué para hablar con él. Casi de forma inmediata tres o cuatro merodeadores se plantaron casi al lado. Es irritante, pero es algo con lo que tienes que lidiar cuando ligas al aire libre. En cuanto entras en contacto con alguien hay un numeroso grupo de personas que piensa que tú o el otro (o los dos) son extremadamente interesantes. Misterios sin resolver.

El gordito parecía simpático. Se le veía limpio y aseado y hablaba con un acento marroquí muy marcado, supongo que llevaría poco en España. Tuvimos que esperar unos minutos hasta que los que nos rondaban, cansados de que no ocurriera nada intersante empezaron a marcharse. Una vez solos le eché mano al paquete.

"Que quieres?"- me pregunta

"Pues que voy a querer" le respondo "sexo"

"Yo cobro"- me dice

"aha... y ¿cuanto cobras?" - le digo

"Sincuenta euros"

Creo que en algunos países tienen demasiado valorada la masculinidad. Creen que sólo por no tener pluma ya puedes cobrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario