domingo, 5 de junio de 2011

Bucle.

He conocido a Manolo en una discoteca. Jueves por la noche y apenas habría 10 personas en todo el local. Me da rabia que para una vez que me decido a salir a una discoteca me encuentre con esto. En el cuarto oscuro le he tocado la polla a un señor muy mayor. Le he propuesto ir a una cabina pero no ha querido. Hay que ver los mayores lo sobrados que están.

Manolo era mi primera opción, pero yo no era ni siquiera la segunda para él. Para suerte mía el perfil de papá cuarentón no está tan de moda. Ellos se lo pierden. Nos hemos metido en una cabina y nos hemos despelotado. Llevaba un aire mandón que no le pegaba nada. Era como yo de alto (1,75) pero mucho más corpulento. Muy moreno, con cara de obrero pero vestido con ropa de marca. Algo extraño. Estaba tan rígido tratando de mantener su masculinidad que apenas se movía. Yo temía que en cualquier momento perdiera el control y sacara pluma, pero no se dejó. Cuando llevábamos un rato morboseando entendía que no iba a encontrar nada mejor que eso ni de lejos esa noche así que le propuse ir a casa, y aceptó.

Fuera del cuarto oscuro era un cachorrito amable, de conversación fluída e irrelevante. Separaba los brazos del cuerpo ligeramente y se balanceaba mientras andaba tan tieso que al principio creí que era cojo. Follando tenía mirada fija, como si no tuviera párpados, contacto continuo. Continuó un rato con ese rollo cañero que no le pegaba nada hasta que se dió cuenta que no le hacía caso y entonces la cosa empezó a funcionar. Tenía una polla grande pero no enorme y dura todo el rato. Una vez me penetró le desapareció la rigidez. Su cadera empezó a moverse como con vida propia en un vaivén sensual que hizo que me corriera a la quinta postura. Me dijo que vive en una urbanización de las caras. Le dí mi número de teléfono, aunque sé que nunca le volveré a ver.

Cuando se ha marchado he estado viendo el vídeo que le he grabado y ha quedado perfecto, el encuadre, la luz, nuestras poses... no es fácil, pero esta vez lo que conseguido. Mientras lo veía me he calentado y he tenido que masturbarme. He aprovechado para grabarme masturbándome mientras me veía follando con el recio. Después he visto mi grabación masturbándome, nunca lo había hecho curiosamente. Verme entregado al placer, absorto en el vídeo tenía algo conmovedor, auténtico, real. Me he puesto tan caliente que he vuelto a masturbarme mientras me veía masturbarme mirando mi propio acto sexual de hace un rato.

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